Elogio al futurismo
Su video Prototype cuenta con más de 13.5 millones de visitas. Su cuenta de Instagram, sólo tiene 120 mil seguidores. Se presenta como una artista pop biónica y futurista y seguramente, si alguien la conoce, la primera referencia es que es la mujer/modelo/cantante que tiene una prótesis en una pierna.
Viktoria Modesta tomó una decisión de vida y, a sus 20 años, tras 15 cirugías tratando de atender una malformación de cadera que afectaba su pierna, decidió someterse a una amputación voluntaria. Pero no es artista por esta historia, sino por la filosofía que la ha acompañado durante su carrera: la aceptación y transformación del cuerpo como catalizador de experiencias.
Con un majestuoso trabajo de colaboraciones y experimentación, Viktoria Modesta es un símbolo que juega desde la estética futurista en donde la tecnología, la biomecatrónica y la tecnomoda revelan un mensaje que va más allá de la inclusión convencional, es una apertura a la representación transgresora. En otras palabras, no pide que se le observe o se le visibilice, pide que se le admire y se le idolatre. Y lo consigue.
Ser biónica: lo SyFi de lo real como arte pop
Entre diseños sofisticados, música electrónica y un estilo perturbadoramente hipnótico, Viktoria Modesta cuida cada detalle en la construcción de un sentido de la belleza digno de las portadas de revistas de moda, los más importantes pasarelas, programas musicales de televisión y teatros del mundo. Su retrato desnudo fue expuesto en el National Portrait Gallery, en Londres y en 2019 participó con un papel de bailarina biónica de cabaret en el Crazy Horse de París. Pero, ¿qué la hace tan atractiva como fenómeno cultural?
Lo concreto y persiste del mensaje de Viktoria Modesta no le resta nada a su complejidad y profundidad. En una escena en donde los discursos sobre la belleza femenina se ponen en entredicho -como lo es el modelaje-, las modelos "diferentes" tienen su nicho de participación. Así sucedió con el arribo del modelaje afroamericano, la representación queer, la andrógina. Y, por lo tanto, el espacio para los cuerpos diferentes es también necesario con sus debidas colocaciones comerciales. Eso no quiere decir que los estándares de belleza cambien por completo. Viktoria en su belleza es una modelo cuyos retratos de medio cuerpo podrían pasar desapercibidas sino fuera por su particular (e invaluable) mensaje de marca personal: el ser diferente es algo que vale la pena mostrar.
Si se suman a este mensaje, su incuestionable belleza, su creatividad y el poderoso marco futurista, es inevitable recordar una clásica referencia pop de finales de los años 70´s: La Mujer Biónica. Protagonizada por Lindsay Wagner, esta serie norteamericana de 58 episodios contaba las heroicas historias de una mujer que, tras sobrevivir a un aparatoso accidente en parapente, es intervenida/modificada corporalmente en un experimento gubernamental y dedica su vida a luchar contra el crimen.
Esta heroína de la televisión se convirtió en un referente del futurismo más pop en donde las variables estaban bien sumadas: experimentación, biopoder, tecnología y nacionalismo americano. Aunque la protagonista no tenía la pretensión de convertirse en un ícono global, sucedió. Al igual que el arte de Viktoria Modesta, invitó a navegar en las mareas entre lo sensible y lo autómata, entre la belleza y lo técnico, buscando un puerto donde las palabras se encontrarán más allá del diccionario. Ambas dirigen esa navegación hacia lo más simple: la complejidad del potencial de la capacidad humana y sus fronteras biocorporales. ¿A dónde llegaremos los humanos cuando la intervención corporal sea posible, biomédicamente aceptada y económicamente democrática? ¿Dejaremos de ser humanos?
Prototype
Creo que lo más significativo del trabajo de Viktoria Modesta es que es creativo y poco improvisado, es un arte pensado y que invita a la reflexión. El video en colaboración con el canal británico Channel 4 es ya un clásico del nuevo siglo, obligado para quien gusta de ser sacudido de lugares comunes y discursos armados. Con un preámbulo imperativo que indica "Olvídate de lo que sabes sobre discapacidad", el video de la canción es una apuesta para la gente pensante, a prueba de realidades y harto de sensibilidades dramáticas que sólo buscan hablar de la pobre mujer que se amputó la pierna y no de la artista que es la dominatriz de una nueva realidad. Viktoria Modesta es bailarina de ballet con una pierna y usa un tacón cuya aguja no está en ese talón sino ES su otro pie, es líder política de un movimiento social y se mete en la cama con un hombre y mujer albinos. Puro pop serio.
Y es tan serio su pop que la canción que versa "soy progresiva, no agresiva" se merece un lugar especial en las playlist "para bailar en el antro cuando nos ponemos alternativos". Prototype es un himno escrito por la misma Viktoria y por producida por Roy Kerr quien se merece un reconocimiento especial porque logra meterle el tempo correcto para que no se pierda el interés entre los cambios musicales y la sensual voz de VM. Dato del popsbunker: Roy Kerr es el fundador de la escena Mash Up inglesa, y creador de la siguiente joya:
(¡Los Strokes y Christina Aguilera deberían darle las gracias siempre!)
En los tiempos del 360 grados: la completitud de lo falsamente incompleto
Cantante pop, modelo, diseñadora visual, compositora, reinventora del presente-futuro, y también speaker de su mensaje ante el mundo. A la fecha de este escrito su última publicación en Instagram celebraba la llegada de Biden a la presidencia de Estados Unidos, lugar en donde radica actualmente. A pesar de que su producción musical es breve y su último EP fue promovido en 2016, Viktoria Modesta es un recordatorio de que la música pop tiene formas extravagantes para cuestionar el status quo, que bien aprovechadas, generan un universo en sí mismo. Sin duda, el universo de VM es un lugar en donde me gustaría vivir. ¿Y a tí?
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